viernes, 16 de febrero de 2018

LOS TANGOS DEL BOLICHE

Ya está el sol dividiendo en dos el día
y herida de luz está la tierra
y a esa hora sin embargo, todavía,
frente a la copa de su melancolía
hay un bohemio trasnochado en la taberna
Alberto Mastra: Harina amarga

Hemos englobado en el título de este trabajo, en particular en la palabra “boliche” diversas realidades incluyendo fondines, bares, cafetines, cantinas, figones, tabernas, almacenes y bodegones, y hasta pulperías.

El diccionario lunfardo de todotango define “boliche” como:
(pop.) Casa donde se venden comestibles (TG.)// casa de negocio al menudeo (TG.)// establecimiento comercial o industrial de poca importancia, especialmente el que se dedica a la venta y consumo de bebidas y comestibles, almacén y despacho de bebidas (AD)// local nocturno donde se sirven bebidas alcohólicas/

Si bien hoy en día decir “boliche” sugiere lugar nocturno bailable y de copas, no es esa la definición que le dieron y le damos aún los tangueros.

Pongo en duda que exista alguna de las categorías que englobamos en esa palabra en estado puro: cada una tiene una combinación diferente de elementos.Todo depende del barrio, de la historia del lugar, de la idiosincrasia de sus parroquianos. Una combinación representativa estaba en el ambiente aquel del “guitarrero viejo, astroso y borracho, musiquero alterno de almacén y bar”[1] –en Uruguay quedan algunos sobre todo en el interior.

Buenos Aires conserva hoy –Montevideo en menor medida -por amor a su memoria y con aprovechamiento turístico, lugares como ese que fueron escenarios del origen del tango, de sus letras, lugar de encuentro de sus poetas. Herederos de las pulperías de las orillas, con distintas mezclas en su uso y en sus parroquianos: en algunos predomina el café y la charla, en otros la comida más o menos grasosa, o la timba y el billar, o la música -siempre el alcohol. Algunos cerca del puerto, otros en las avenidas o en los arrabales, unos más bien mugrientos, otros finolis.

En Montevideo el legendario y hoy resucitado bar “El Hacha” fue almacén y bar y fue cuna de la prosa de Julio César Puppo “El Hachero, en que los orientales encontramos el aroma de los primeros tiempos del tango.El artículo de Alejandro Michelena sobre este boliche, el más antiguo de Montevideo[2] ilustra la evolución de los establecimientos de este tipo, de pulpería a restaurante con show de tango. Otros que vienen a la mente son el legendario Fun Fun[3]

Estos son ámbitos distintos al del cabaret, el otro escenario de historias retratadas por el tango. Pero estos cafetines no estaban lejos de los cabarets y de los teatros, y por sus mesas pasaron muchos de los mismos personajes y artistas. Iban a comer allí después de las funciones. En Montevideo, por ejemplo, después del Royal Pigall, el Tabarís, el Bataclán y el Scala, los parroquianos y los músicos iban al Monterrey.

Álvaro Saralegui-Acuarela. Cafés Suizo y Monterrey

Aquí el link con el artículo completo en pdf.




[1] “Guitarrero viejo” , poema de Washington Benavides musicalizado por Carlos Benavídes, interpretado entre otros por Alfredo Zitarrosa.
[2] http://letras-uruguay.espaciolatino.com/michelena/almacen_y_bar_el_hacha.htm
[3] http://letras-uruguay.espaciolatino.com/michelena/fun_fun.htm

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