Trataremos de identificar y antologizar en
este trabajo las letras de tangos y afines que hacen mención al mundo del
trabajo, incluyendo primordialmente a aquéllos dedicados a oficios de las
primeras décadas del siglo XX.
Para esto examinaremos la aparición de una
serie de términos de ese universo en una base de
datos de 1163 letras de tangos, valses, milongas y canciones tangueras.
No incluímos ni a los chorros/caneros (ni
pungas, ni mecheras) ni a los bailarines, ni a los músicos, ni a los cantores,
ni a los poetas, ni a las cabareteras y afines, laburos también al fin, pero
que examinaremos por separado en otros trabajos. Pero sí incluimos a los cafishios, porque ser
fiolo no parece haber sido propiamente un delito sino una costumbre con mucho
de oficio.
El laburo aparece en el conjunto de la letra
del tango envuelto en un punto de vista moralista resumible como: “Levantate y
andá a laburar” – muchas veces expresado por las mujeres de los sujetos, ostensiblemente
en “Haragán”, más en serio en otros (“Farabute” de nuestro Casciani) y con
impecable ironía en “Seguí mi consejo”, llegando hasta el fuerte moralismo amargo
de Discepolo: “Da lo mismo el que labura noche y día como un buey...”
En el mundo de las orillas los laburantes,
muchas veces inmigrantes que vivían en los conventillos, convivían inevitablemente
entreverados con chorros, jugadores, cafiolos, cabareteras y malandras. Y se le
planteaban, tanto a hombres como a mujeres, como alternativas la vida más o
menos delictiva y la del trabajo.
Trabajo que, por otra parte, era mayoritariamente de oficios de pobres
muchas veces para otros pobres, era “yugar” en duras condiciones – como lo es
hoy aún para muchos, por otra parte. Pero las primeras décadas del siglo veían
todavía jornadas de más de 8 horas, condiciones de explotación, locales
insalubres que propiciaban la tuberculosis... y los que vinieron buscando la América pagaron duro
derecho de piso. Así fue que trajeron con ellos, junto a la ética del trabajo,
la lucha por los derechos obreros. Pero es sabido que la la letra del tango
refleja menos las luchas colectivas que las peripecias más íntimas y
personalizadas, desde la galería de personajes de Celedonio Esteban Flores en
la década del 20 hasta la evocación de los oficios de arrabal de Homero Manzi
en la del 40.
Es paradigmático “Paquetín paquetón” en que
aparecen tres oficios con perspectivas reales e ideales: el del padre
(zapatero), el del hijo (canillita) y el que sueñan ambos (jockey)...
https://drive.google.com/file/d/1kS8oYcJckMOHGfYXi8zWthKslIONefBb/view?usp=sharing
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