domingo, 4 de marzo de 2018

LOS TANGOS DE LA VIEJITA


 - Este muchacho <Gardel> pinta el dolor callado de la madre que sufre, con emoción tal, que conmueve de verdad!...". José Ortega y Gasset 

Dice José Gobello:  “Y por entonces <1922>  aparece también en el tango el tema de la madre.  Lo aporta el sanfernandino Verminio Servetto en la letra que compone para “Madre”, con música de Francisco Pracánico.  Ya he recordado alguna vez que este tema no es invento de los letristas, ni constituye un fácil recurso emotivo, ni conlleva tampoco un golpe bajo aplicado al auditorio.  La madre, como último refugio, como último puerto de la azarosa travesía de la vida, tiene antecedentes en la literatura popular.  <…>  No descarto, empero, que el tema de la madre haya podido llegar al tango desde la canzoneta. <…>  A partir del tango de Pracánico y Servetto la madre es en el tango una invocación constante y encuentra posiblemente su expresión más acendrada en el célebre apóstrofe de Discépolo, dirigido al café de su barrio  “Fuiste lo único en mi vida/ que se pareció a mi vieja”  El café, en ese tango, es el símbolo de la amistad que es <…> la gran pasión del porteño.  Pero la amistad no iguala, en el tango, al amor filial; apenas logra parecérsele.”  <…>  La letra de tango, cuando habla de la madre, se convierte en una endecha de amor filial. <…> Y el amor filial es el otro gran valor moral que el tango canción, el denigrado tango canción, exalta permanentemente.


Lo cierto es que una de las claves permanentes de la letra del tango es la presencia de la figura de la madre.

Este artículo no va acompañado de una antología como otros, quizás porque sería demasiado extensa...


Aquí el enlace con el artículo completo en pdf


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