Alberto Mastra fue un uruguayo y fue además entre
otras cosas autor, compositor, y guitarrero, representando, a través de todo
eso, una forma uruguaya de respirar el barrio y de vivir la música que lo
distinguen muy especialmente en la historia musical de este lado del Plata, pero abarcando también el otro.
Voy a trabajar aquí fundamentalmente sobre
Mastra como autor pero también como compositor –es difícil separarlo en dos, ya
que en casi todas sus canciones es autor de letra y música. Podría pensarse –yo
misma lo he hecho- que tengo a Mastra en mi podio de letristas porque era
uruguayo, porque llegué a verlo en la televisión, porque amé desde siempre su
“No la quiero más”, primero en la versión de Edmundo Rivero. Pero es más que
eso, ya que explorando su obra me convenzo de que es un exponente inigualado de
lo que hay de rioplatense en el tango –no entro ni me interesa determinar
proporciones- sin dejar de ser esencialmente de su barrio, de su ciudad, de su
país y de sus ritmos. Como para tantos tangueros, desde siempre había –y hay- un
ir y venir de un lado al otro del Río Grande Como Mar. Mastra no es la
excepción, pero hay una relación particular, que hoy, casi medio siglo después
de su muerte, permanece y aun reverdece. Podría hacer la comparación con Julio
Sosa, pero ahí se trata de un cantor (que para nada es poco), y con Mastra de
un creador. Creo que esto se refleja claramente en la forma en que Troilo y
otros directores de orquesta adoptaron sus creaciones aceptando sin tener que
explicarlo que expresan una misma sensibilidad en ambas orillas.
Este es el link del archivo:
https://drive.google.com/file/d/1sosLLhrKCpFZ8rKiOcA5mc3cgD4fOt54/view?usp=drive_link
No hay comentarios:
Publicar un comentario