Homero Manzi suele ser reconocido por los tangueros como
letrista emblemático, en particular de la generación de poetas del tango de la
década del 40. Mi primer trabajo sobre la poesía en la letra del tango fue
“Georgie, Evaristo, Celedonio y Homero: la poesía tanguera”. En él seguía un
hilo que partía del libro de Borges sobre Evaristo Carriego y luego abordaba
las trayectorias señeras de Celedonio Flores en la primera década floreciente
del tango, la del 20’, y de Homero Manzi en la última, la del 40. En los anexos de este trabajo está la parte
que dediqué a Manzi en ese trabajo.
La década del 40, después de cierto decaimiento del género
en los años de la crisis de principios de la década del 30, tuvo como
característica de sus poetas mejores la nostalgia del tiempo viejo y cierta
huida del uso del lunfardo, que fuera más característico de los letristas de
los años 20s junto con la descripción de tipos y situaciones humanos más
condicionado por la situación social de la propia época, con su máximo
representante en Celedonio Flores. Al decir de Blas Matamoro, que analiza la
relación de la evolución del tango asimilándola con la de la composición social
de la ciudad: “Frente a este arrabal
clasista, los poetas del tipo de Manzi solo tuvieron un gesto refinado y
melancólica simpatía, ya que la transformación social de sus paisajes queridos
también entrañaba la disolución de su mundo infantil” Son, debo aclarar, en
mi opinión, explicaciones ciertas y necesarias pero algo reduccionistas, ya que
no ahondan lo suficiente en el valor poético de cada autor y en el misterio de
por qué llega más o menos su poesía a la sensibilidad y la memoria popular...
Aquí el enlace con el artículo y antología completos
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