A “Paco” García Jiménez se lo suele contar –junto con
González Castillo- entre los precursores
de un tango más refinado o “delicado” que el que predominó en la década
del 20, más cercano al lunfardo. Le seguirían Homero Manzi, José María Contursi
y otros, incluso Cadícamo. Estos cambios en la poética del tango posiblemente
no sean ajenos de los cambios en la relación de las clases sociales que
describe Matamoro, pero eso no obsta para estudiar la especificidad de la obra
de cada letrista, en este caso uno que abarcó las tres décadas marcadas en la
historia del tango. Para la década del
20, este estilo de letra era “delicado”, para la del 30 un puente hacia la
característica nostálgica de la del 40. Los tangos de García Jiménez dedicados
al barrio –“Bajo Belgrano”, “Barrio pobre”- prefiguran el estilo de los
letristas del 40 –Celedonio le había cantado al barrio con voz más lunfa- y se
destacan por eso, pero “Malvón”, que es del 40, se queda corta al lado de las
letras de Manzi e incluso de Cadícamo. A lo mejor, se lo puede definir como un
punto de inflexión ecléctico y atemporal entre lo ‘poético’ y lo popular/
tanguero. Como desde su ángulo de análisis sociopolítico lo define Matamoro:
<García Jiménez y otros> recogieron elementos dispersos en el clima
literario del tango inventado por Contursi y los canonizaron...
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